viernes, 24 de octubre de 2014

AbriendoIdeas Música Entrevista a Nazareno Roviello

“La música es una más de las tantas cosas que nos hermanan y están ahí para que nos demos cuenta lo cercano que somos todos”.


Entrevista a Nazareno Roviello, un artista trashumante, que ha recorrido Latinoamérica conociendo culturas, personas, y juntando los sonidos y la música que se halla en las raíces del continente.


Sos un músico que ha recorrido el continente sudamericano ¿Qué puntos de coincidencia hallás en la música de los distintos países? ¿Dónde observas esas raíces compartidas por Latinoamérica?

NR: Hay una importante influencia africana en todo el continente, los tambores los cajones, la percusión ha marcado siempre una unión como primera expresión de los pueblos y encontramos en los cajones afroperuanos lo que el bombo legüero significa para la chacarera. Ni hablar de la cultura andina donde compartimos los ritmos, los instrumentos, pasos de bailes, maneras de vestir y todo tipo de costumbres. Parte de lo que ha quedado de la conquista Inca, el charango, las quenas y zampoñas , hacen sayas, carnavalitos, huaynos y taquiraris desde el sur de Colombia hasta el norte de argentina. 

La música es una más de las tantas cosas que nos hermanan y están ahí para que nos demos cuenta lo cercano que somos todos. La música tanto alegre y rápida rítmicamente hablando como la oscura y más nostálgica de sur a norte, todos los latinoamericanos compartimos una gran necesidad de movernos, bailar y hacer música acompañando a los ritmos con el cuerpo.  Tenemos ritmos muy movidos como la salsa, el son,  la rumba, o el folclore más compartido por todos que es la cumbia.  También compartimos, cada uno en su contexto más profundo, la lucha social desde la música, todos los países tuvieron y tienen autores con ritmos que representan las luchas de los pueblos y la importancia de nuestra identidad , que a veces no nos damos cuenta pero viajar nos sirve para ver realmente lo que somos, Viglieti o Zitarrosa en Uruguay, Victor Jara o Violeta Parra en Chile, Cafrune o Leda Valladares, Susana Baca y tantos otros comparten, no un origen físico, pero si un destino de unir a Latinoamérica en los sentimientos más profundos de ser sudamericano.

Si tendrías que definir cuál es la música que te acompañó en ese viaje de descubrimiento por Latinoamérica ¿Cuál o cómo sería?

NR: La música que me acompaño es infinita, considero que la música es algo muy importante en mi vida por eso trato de seleccionar con cuidado que música me acompaña en cada exacto momento de mi vida y mucho más en un viaje. Elijo antes de salir de mi casa el tema con el cual quiero salir a la calle, así como elijo la música que me acompañó a recorrer los más de 12mil km2 que tiene el Salar de Uyuni. Recuerdo en ese caso fue el recién salido “Entren Los Que Quieran ” de Calle 13 así como también cds de Manu Chao. Cada letra, cada sonido, cada voz, representa un paisaje, un momento único,  muchas veces no se tiene la música a mano que se necesita y para eso está la guitarra y hasta cuando uno no se acuerda la música puedo cantar solamente o recitar probablemente mirando un paisaje y simplemente pensando. Recorriendo la música y Latinoamérica también recorrí los carnavales de distintos países  y ciudades que también le han puesto mucha  banda de sonido a mis viajes, el carnaval tilcareño, el de Oruro, Cuzco, hasta el uruguayo o el de Gualeguaychú. 
También me empezó a acompañar más mi música ya que a veces la gente me pedía mis temas o quizás iba componiendo mucho en los viajes y tenía la necesidad de expresar mis nuevos sonidos. También tuve el agrado de conocer a muchos músicos y cantaautores que ellos pusieron música a mis viajes al compartir conmigo parte de él.  La chacarera no me falto jamás en ningún país ni en ningún paisaje,  pero no hay sólo una música, tiene que ver con la pregunta anterior más allá de cualquier frontera que haya trazado cualquier gobierno hace 200 años, hay una identidad más antigua y profunda,  y ahí también está la música que me acompaña… son muchas y muchas veces las ponen los pueblos.

He leído que te definís como un artista independiente y autogestivo. ¿Cuál es la esencia del artista independiente? ¿Cuáles consideras son las ataduras que limitan al arte y a los artistas hoy?

NR: No sé si definir una esencia de artista independiente de manera personal, sería pecar totalmente de soberbio pero basado en los que han trazado el camino de manera importante para toda una cultura de autores y no solo una forma de hacer música, sino cómo y por qué se hace, y luego en otros procesos en qué condiciones se muestra la misma.  Grandes artistas de este continente han dejado para nosotros hasta libros escritos en sus experiencias de lo que debía ser un artista, y creo en el concepto de Manuel Ugarte que insistía en que siempre el individuo debe estar enfocado hacia lo colectivo y desde sí mismo explotar las necesidades de expresión del conjunto que lo rodea, el individuo solo es por la existencia del colectivo y su deber es expresar lo que aquellos egoístas superficiales  y amigos del poder temen decir. Creo que muchos artistas importantes para nuestra generación como algunos de los que nombré han decidido dar la vida por la independencia ideológica laboral y humana, siempre luchando por lo correcto.  Hay diversos conceptos sobre lo que es ser independiente, la mayoría de la gente cree que ser independiente es negarse a estar con una discográfica y es uno de los tantos conceptos erráticos de las sociedades modernas, ser independiente es que tu mensaje no cambió por orden de otros, si no que uno se respeta a sí mismo y ahí ya entro en la segunda pregunta, ya que lo que nos ata a los artistas como a cualquier ser humano solo es uno mismo o el ojo ajeno. Tememos aceptarnos a nosotros mismos  y tememos que el otro no acepte lo que queremos ser, suele  suceder en la música todo el tiempo, si algún músico hace ritmos nuevos  automáticamente se piensa que ese músico se vendió.

Las ataduras que atan al arte son las mismas que las del artista, este sistema diseñado para el consumo, lo efímero y exitista demanda cosas que se puedan crear, utilizar, explotar y dejar de lado para que el ciclo se repita una y otra vez. Los artistas que no se saben producir cuentan con un problema más,  ya que aquel que si lo hace no depende si o si de que lo llamen a trabajar, que le organicen conciertos o esperar de los demás todo el tiempo la iniciativa para cualquier acción. Creo que vivimos en un tiempo muy complejo donde hay ataduras políticas, ideológicas  y una persecución al que es diferente y con eso la clausura de espacios, la prohibición de estilos de música o el negarte un espacio por parte de muchos locales que pertenecen a diferentes partidos políticos, los locales que pertenecen al circuito oficial son imposibles de acceder a todo aquel que no reúna las condiciones necesarias que aquellos que manejan la torta piensan que los artistas deben reunir para que les toque un pedazo.  Los  espacios independientes y autogestionados e independientes son pocos y cuentan con pocos medios. Las ataduras que tienen el arte son miles y así tantas como el artista. Creo que es deber del artista gestionarse más y poner en nuestras manos lo que siempre estuvo en manos de empresas o productoras enormes, nosotros debemos romper con los estereotipos de mercado, la creación de espacios público y lazos nuevos.

Schopenhauer dijo: “En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad”. ¿Es eso la música, una especie de catarsis, donde a la vez todo se evoca e invoca?

No hay una música ni una forma de hacerla, hay música que es catártica es cierto la mayoría del arte que disfrutamos a lo largo de la historia viene de los sentimientos más viscerales del ser humano, lo que sentimos dentro nos sirve como disparador para exteriorizar una canción intensa sobre la pérdida de un amor, un chico que es asesinado en manos de la policía o  el pedir perdón, pero también existe una construcción donde la música o la canción se convierte en una herramienta más como lo puede ser un soneto, un cortometraje o una escena teatral.  La música sirve para expresar sentimientos, para contar historias, para denunciar  y para plantear tantas opciones posibles como autores haya en el mundo. Claramente el mundo es música hecha realidad o por el contrario la realidad se nos vuelve música para poner sonidos a las imágenes que vivió la humanidad en su historia. La intérprete Mercedes Sosa, más allá de no ser una de mis preferidas, en una conferencia en Cuba en años donde la música de autor era más importante que ahora, ella dijo textualmente: “No hacemos música de protesta, no somos chicos pa´ andar protestando”.

Uno evoca un concepto e invoca lo contrario o la ayuda para cambiar algo, eso creo por lo general sucede, a un amor que se fue se le recuerda a cada momento y se le pide que vuelva, al alcohol que se está por terminar se le recuerda a alguien que vaya a comprar para que la chacarera no termine de sonar. Al mundo que no funciona se le pide que cambie y así al conjunto de personas que nos rodea  se le pide que despierte para ser más luchando por el cambio.


¿Cuáles son tus ideas y proyectos de aquí a futuro?

Mis ideas para el futuro son seguir construyéndome como persona y aceptarme cada día más tanto a mí como a lo que me rodea, ser más feliz y disfrutar de lo que vivo, espero grabar mi primer disco de estudio para plasmar todas mis ideas y locuras, así como poder establecer la productora “America Insurrecta”  que es uno de mis proyectos y desde allí poder seguir produciendo arte y humanismo, espero poder seguir cumpliendo sueños, pero al hacerlo darme cuenta de que los estoy cumpliendo.

Para escuchar la música de Nazareno pueden ingresar a su soundcloud https://soundcloud.com/nazareno-roviello


miércoles, 15 de octubre de 2014

AbriendoIdeas Teatro "Esto También pasará"



“Esto también pasará…”



Por Gustavo Eduardo Rosatto


“Esto también pasará” es una obra de Mariano Saba y dirigida por Andrés Binetti, que se presenta los jueves a las 21hs en el Teatro del Pueblo. Una obra que juega a imaginar un futuro para Argentina y el mundo partiendo desde la comedia y la ciencia ficción.


 

Un futuro lejano, tal vez imposible, pero en esencia más cercano de lo que se podría creer. El mundo invadido por múltiples miserias, inundaciones, calentamiento  global y otras calamidades se siente cercano a la destrucción. Las naciones en un intento desesperado por asegurar la supervivencia de la humanidad envían expediciones a Marte intentando encontrar en el planeta rojo un clima propicio para la vida, en un desesperado intento de colonización de otros planetas.

Argentina se suma a esta campaña y envía a cuatro astronautas locales a instalarse en Marte y realizar expediciones en búsqueda de rastros de la esencia de la vida, el agua. La obra se sitúa ya cuando la expedición nacional tiene tiempo en el territorio marciano y oscila entre la desesperanza y ese sueño ferviente  de convertirse en héroes para toda la humanidad. 

Es así como se nos muestra la convivencia de este grupo dentro de la base Argentina en Marte, un espacio donde lo atado con alambre parece ser  la principal norma de trabajo y donde observamos una reconocible cotidianeidad que presenta una de las fuentes de humor principales dentro de la obra, al extrapolar las peculiaridades de nuestro ser nacional a ese ámbito espacial.
En ese contexto y tiempo estos hombres encuentran refugio en ciertos recuerdos y sentimientos, pero deben a toda costa evitar caer en la nostalgia porque esa sería su perdición, justamente la nostalgia y su expresión en el tango aparecen en la obra en tono de comedia como una enfermedad, una adicción que asoló a la Argentina y a la que estos astronautas deben evitar a cada instante para no perder ese atisbo de esperanza que motiva su misión.

Esta obra es fruto de la dupla Saba-Binetti, compositores de piezas de enorme calidad, que se construyen en la evocación y análisis de distintos momentos de la historia nacional. En esta ocasión construyen una perspectiva a futuro donde imaginan con creatividad la evolución de muchos aspectos de la Nación conjugándolos hacia el final con una reflexión fuertemente emotiva como a las que nos tienen acostumbrados en sus obras.


Hay un interesante trabajo en la escenografía que logra componer esa nave/base espacial a partir de distintos objetos cotidianos y cercanos y en su combinación. Esto dota a toda la escena de un simbolismo y una carga retórica muy interesante que nos introduce en ese espacio sencillo y cotidiano que sólo podría ser construido por un argentino y que lo replicaría, en este imaginario, hasta en la situación y territorio más impensado. Resulta muy interesante también el trabajo a nivel de vestuario que termina de desarrollar esa atmósfera espacial y colabora en la construcción de la identidad de los personajes. Justamente el carácter de los protagonistas presenta personalidades prototípicas y particulares que aportan diversidad y dinamismo a la obra, en este sentido resulta fundamental el trabajo en la interpretación de Fernando Gonet, Alejandro Lifschitz, Alfredo Martín, Mariela Asensio y el propio Mariano Saba quien en esta ocasión además de la dramaturgia desarrolla una interesante labor sobre las tablas.


Jueves 21hs Teatro del Pueblo (Av. Roque Saénz Peña 943)
Reservas: 4326-3606



Ficha técnico artística

Dirección: Andrés Binetti
Dramaturgia: Mariano Saba
Actúan: Mariela Asensio, Fernando Gonet, Alejandro Lifschitz, Alfredo Martín, Mariano Saba
Diseño de vestuario: Ana Algranati
Diseño de escenografía: Magali Acha, Andrés Binetti, Mariano Saba
Diseño de títeres: Vanina Gomez Zequeira
Diseño de luces: José Binetti
Realización de escenografia: Magali Acha, Andrés Binetti, Mariano Saba
Realización de vestuario: Ana Algranati
Realización de títeres: Vanina Gomez Zequeira
Diseño gráfico: Andrés Kyle
Asesoramiento Manejo de Títere: Ósjar Navarro Correa
Asistencia de vestuario: Celina Barbieri
Asistencia de dirección: Catalina Teuly

Prensa: Marisol Cambre